I Knew When I Danced in the Rain Versión en inglés y español incluida
I had never danced in the rain. Not in forty-five years. But there I was. Music blaring from my phone. Margaritas fueling my groove. An empty town square and the pouring rain. So I danced. My arms open wide, spinning around, without a care who saw or their thoughts. He just watched at first. He gave me my experience and then he joined. A perfect dance partner. I knew then. When we danced in the rain I knew.
I had never sat on a desolate beach. A beach past the crowds and the noise and the rest of the world. No people. No buildings. Nothing. Nothing but waves crashing on the shore and the sun shining on my skin. The sound of the wind and the taste of the salt. I took it all in as I walked down the beach by myself. It’s amazing the clarity solitude can bring. He gave me my time and then he joined. He took my hand. We walked together. I knew then. When we walked on an empty beach I knew.
I had never drank tequila on ice. It was an empty night club. Completely empty. Just two people at the bar. Us. We picked the music. We picked the drinks. I chose tequila on ice. He laughed and said go for it. Let me see you drink it. It took awhile – eyes watered, throat burned, body cringed. I was determined to prove myself. I did it. And then he said now we drink one together. Salute. I knew then. When we drank tequila on ice I knew.
I had never spent the night in an airport. I wanted to go. I needed to go and my points would only cover the worst of flights. A layover in Chicago. An overnight layover in Newark, New Jersey. A few hours crouched in the corner by baggage claim, a couple more sprawled across the metal chairs with a blanket over my head, and the eventual defeat as I sat and waited for the minutes to pass by. I spent that night by myself so I could join him the next. I knew then. When I spent the night in an airport in New Jersey I knew.
The list of I had never could go on. I had never hiked through the desert or swam with the most giant of ocean creatures. I had never talked until the sun came up. I knew then. I had never rode in a dune buggy or climbed behind a bar or ate barbecue from a pit. I had never had someone listen to me so closely or so intently. I had never been so real or so brutal or so honest. I had never been so me. I knew then. I had never laughed so hard or so much. Ever. And fun. I’d forgot about fun. I had never had so much fun. I had never danced in the kitchen or dined at a waterfall or drank Sangria in wine country. I knew then. When I felt each emotion and lived each experience I knew.
I had never tried so hard to convince someone I wasn’t worthy. That I was too much. I said I can be controlling. I know he said. And bitchy. I know. And really grouchy sometimes. I know. And emotional and overwhelming and crazy. Legitimately crazy. And still I know he replied. I said I have huge obstacles yet to face. He said yes, they’re big. I said I will be a mess a lot. Yes, you will. I said I get ugly. He said yes, it can be a show sometimes. I said I have so much baggage. He answered then I will get a U-Haul. I said shit may never get better. Never. You may never get better than this me and this shit. Okay he answered. Then we live in shit. I knew then. When I heard each of his responses I knew.
I had never known that kind of love. The accepting kind. The forgiving kind. The unconditional kind. I didn’t need to change or make improvements or be different. I was enough. Actually more than enough. Just seeing me or talking to me or being around me was enough. The kind of love that knew sometimes I needed to experience alone and figure it out myself. To know some battles were mine alone. But also the kind of love that knew sometimes I needed support, a hand, a partner. To know it would take time for me to learn to lean again and to ask for help again. I knew then. When I felt this type of love I knew.
I had never had a morning like that before. I looked at myself in the mirror and smiled. I liked who I saw looking back at me. The woman I was, or at least was becoming. I blushed, feeling beautiful. Knowing that’s what he would see. I knew then. The guest list was small, but the love was grand. The support, the approval, and the happiness for us was apparent. I could feel all of it. I knew then. My hands in his. Our words exchanged. Promises made. Gratitude shared. No worries or nerves or fears. Just calm. I knew then. All the things I had never done or never had or never felt were gone. I didn’t need those feelings. Not anymore. It was time for what is and what could be and what I knew would be. Happiness. Experiences. Belonging and acceptance. Adventure. Possibilities and hope. When the ceremony ended I knew.
I knew this was my path. This was my journey. This was my person. This was living. I knew. I absolutely knew.
Lo Supe Cuando Baile en la Lluvia
Nunca había bailado bajo la lluvia. No en cuarenta y cinco años. Pero ahí estaba yo, Música a todo volumen desde mi teléfono, Margaritas alimentando mi ritmo. Una plaza vacía y la lluvia torrencial. Así que bailé. Mis brazos se abren de par en par, dando vueltas, sin importarme quién veia o sus pensamientos. Él solo miró al principio, Me dejo tener experiencia y luego se unió. Una pareja de baile perfecta. Entonces lo supe. Cuando bailamos bajo la lluvia lo supe.
Nunca me había sentado en una playa desolada. Una playa más allá de las multitudes y el ruido y del resto del mundo. Nadie. Sin edificios. Nada. Nada más que las olas rompiendo en la orilla y el sol brillando sobre mi piel. El sonido del viento y el sabor de la sal. Lo asimilé todo mientras caminaba sola por la playa. Es asombrosa la claridad que puede aportar la soledad. Me dio mi tiempo y luego se unió. Tomó mi mano. Caminamos juntos. Entonces lo supe. Cuando caminábamos por una playa vacía, lo supe.
había bebido tequila con hielo. Era un club nocturno vacío. Completamente vacio. Solo dos personas en el bar. Nosotros Elegimos la música. Escogimos las bebidas. Elegí tequila con hielo. Él se rió y dijo que lo hiciera. Déjame verte beberlo. Tomó un tiempo: ojos llorosos, garganta quemada, cuerpo encogido. Estaba decidida a probarme a mí misma. Lo hice. Y luego dijo que ahora bebemos uno juntos. Entonces lo supe. Cuando bebimos tequila con hielo, lo supe.
Nunca había pasado la noche en un aeropuerto. Yo quería ir. Tenía que irme y mis puntos solo cubrirían los peores vuelos. Una escala en Chicago. Una escala nocturna en Newark, Nueva Jersey. Unas horas en cuclillas en la esquina junto a la zona de reclamo de equipaje, un par más desparramados sobre las sillas de metal con una manta sobre mi cabeza, y la eventual derrota mientras me sentaba y esperaba que pasaran los minutos. Pasé esa noche solo para poder unirme a él. Entonces lo supe. Cuando pasé la noche en un aeropuerto (en Nueva Jersey) lo supe.
La lista de lo que nunca tuve podría continuar. Nunca había caminado por el desierto o nado con las criaturas más gigantes del océano. Nunca había hablado hasta que salió el sol. Entonces lo supe. Nunca había viajado en un buggy por las dunas, ni me había subido detrás de una barra ni había comido barbacoa de un pozo. Nunca había tenido a alguien que me escuchara tan de cerca o con tanta atención. Nunca había sido tan real ni tan brutal ni tan honesto. Nunca había sido tan yo. Entonces lo supe. Nunca me había reído tanto, Nunca. Y diversion, Me había olvidado de la diversión. Nunca me había divertido tanto. Nunca había bailado en la cocina o cenado en una cascada o bebido sangría en la región del vino. Entonces lo supe. Cuando sentí cada emoción y viví cada experiencia supe.
Nunca me había esforzado tanto por convencer a alguien de que no era digna. Que yo era demasiado. Le dije que puedo un poco controladora. Lo se me dijo, y algunas veces gruñóna Lo sé, Y emocional, abrumadora y loca. Legítimamente loca. Si, lo sé respondió. Le dije que todavía tenia grandes obstáculos que enfrentar. Dijo que sí, que son grandes. Le dije que podria ser un desastre. Sí podria serlo dijo. Dije que se podria poner feo, Dijo que sí podria serlo, que a veces puede ser un mal espectáculo. Le dije que tengo mucho “equipaje”. Él respondió, entonces obtendré un U-Haul. Dije que la mierda nunca mejorará. Nunca. Puede que nunca sea mejor que este yo y este desastre, Está bien, respondió. Entonces vivimos en un desastre. Entonces lo supe. Cuando escuché cada una de sus respuestas, lo supe.
Nunca había conocido ese tipo de amor. Del tipo que acepta. El tipo que perdona. El tipo incondicional. No necesitaba cambiar ni hacer mejoras ni ser diferente. Yo era suficiente. De hecho, más que suficiente. Solo verme o hablarme o estar cerca de mí era suficiente. El tipo de amor que sabía que a veces necesitaba experimentarlo solo y descubrirlo yo mismo. Saber que algunas batallas fueron solo mías. Para saber que a veces tenía que ser solo sobre mí. Y el tipo de amor que sabía que a veces necesitaba apoyo, una mano, una pareja. Saber que me tomaría tiempo aprender a inclinarme de nuevo y pedir ayuda nuevamente. Entonces lo supe. Cuando sentí este tipo de amor lo supe.
Nunca antes había tenido una mañana así. Me miré en el espejo y sonreí. Me gustó a quién vi mirándome. La mujer que era, o al menos se estaba convirtienda. Me sonrojé, sintiéndome hermosa. Sabiendo que eso es lo que vería. Entonces lo supe. La lista de invitados era pequeña, pero el amor era grandioso. El apoyo, la aprobación y la alegría para nosotros fue evidente. Podía sentirlo todo. Entonces lo supe. Mis manos en las suyas. Nuestras palabras se intercambiaron. Promesas hechas. Gratitud compartida. Sin preocupaciones ni nervios ni miedos. Tranquilo. Entonces lo supe. Todas las cosas que nunca había hecho o que nunca había hecho o que nunca sentí se fueron. No necesitaba esos sentimientos. Ya no. Era el momento de lo que es y lo que podría ser y lo que sabía que sería. Felicidad. Experiencias. Pertenencia y aceptación. Aventuras. Posibilidades y esperanza. Cuando terminó la ceremonia lo supe.
Sabía que este era mi camino. Este fue mi viaje. Esta era mi persona. Esto estaba viviendo. Yo sabía. Lo sabía absolutamente.
Yes, that is what it is, that’s when you know, when you are, when love is. It is where you will be and it is where you will become. It is ongoing, always there even when we don’t acknowledge its presence consciously. It’s there in the rain, the sunshine, the shadows, in the ocean and streams and rivers, in the forests and in the flowers. It is there in our hearts and heads and in our bodies. It is how we came to be and it is who we are meant to be.
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Thanks for your wise words and continued support!